El entrenador de Boca sugirió que era mejor suspender el partido previsto para el 10 de Junio.
Por Gabriela Origlia
CORDOBA | Después de que el entrenador de Boca Juniors, Rodolfo Arruabarrena, dijo que «lo más sensato sería suspender» el superclásico que se jugará el 10 de junio en el estadio Kempes de Córdoba, el gobernador José Manuel de la Sota ratificó que están «dadas las condiciones» para que se haga el encuentro.
Insistió en que su deseo es que el partido se convierta en el superclásico «de la reconciliación». El precandidato presidencial dijo: «Garantizamos la seguridad para realizar el partido; sería un gran ejemplo para el país que los dos equipos más grande de la Argentina tengan un gesto de reconciliación».
El encuentro estaba previsto inicialmente para el 9 de junio, pero por el paro nacional de transporte anunciado para ese día, pasó al 10. Ya hay vendidas unas 40 mil entradas de la capacidad de 56 mil del estadio.
De la Sota planteó que el objetivo es que los planteles de Boca como River «salgan juntos a la cancha en medio de una fiesta de luces y fuegos artificiales». Enfatizó que la seguridad está garantizada en todo el ámbito provincial y que «los violentos no entran en Córdoba. Los barrabravas ni siquiera ingresan a la provincia. La casa se reserva el derecho de admisión».
Dijo que tanto ómnibus como autos particulares serán monitoreados por escáner móviles y puestos de Policía Caminera en todos los accesos a la provincia: «Hay que dar gestos de madurez. Estoy seguro que los directores técnicos van a aconsejar sanamente a los futbolistas. Y los directivos tendrán una muy buena oportunidad para reanudar relaciones. El fútbol tiene que unir. No puede ser patrimonio de los violentos».