Por Rosendo Fraga
El cierre de las alianzas el 10 de junio evidenció finalmente que no hubo acuerdo entre Macri y Massa para unificar electoralmente a la oposición. Las tres primeras fuerzas -sobre 9 que se presentan- tienen competencia: en el FPV se dará entre Scioli y Randazzo; en Cambiemos (PRO y aliados) es entre Macri, Sanz y Carrió; y en el Frente Renovador (FR) se enfrentarán Massa y De la Sota. Que el ex intendente de Tigre haya decidido presentarse implica que la polarización entre Scioli y Macri encontrará un límite. La decisión de Macri parece inspirada por el principal de sus asesores (Durán Barba), quien insiste en que debe diferenciarse de la vieja política, que los «aparatos» ya no importan y que, aun perdiendo, Macri ganará al quedar como posible competidor y ganador para 2019. La paradoja es que Massa y Macri apoyan o han apoyado el mismo candidato a gobernador en 12 distritos y que en dos de ellos (Entre Ríos y Santa Cruz), el acuerdo se cerró la misma semana que se rechazó el nacional. En el PRO siguen trabajando en un acuerdo de último momento para que Massa se baje y le entregue intendentes y legisladores provinciales, pero es improbable. Fracasado el acuerdo opositor, las posibilidades del oficialismo de ganar las elecciones presidenciales aumentan. Si Scioli gana Scioli las PASO -en 11 de las últimas 12 encuestas publicadas de intención de voto está primero-, difícilmente los votantes de Randazzo dejen de votar por el FPV. Además, el sistema electoral argentino facilita que la primera minoría gane en primera vuelta, ya que alcanzando el 40% y 10 puntos de ventaja sobre el segundo ya gana el primero, y llegando al 45% se gana por un voto, cualquiera sea la diferencia sobre el segundo. Por último, los votos que obtengan Massa y De la Sota es más probable que en la segunda vuelta vayan más hacia Scioli que en dirección a Macri.
Ahora el 20 de junio vence el plazo para presentar candidaturas y la decisión de la Presidenta será decisiva en el oficialismo. Cristina sería la primera candidata en la lista de legisladores al Mercosur por representación proporcional, con lo cual será la tercera en la lista del FPV en todo el país. No puede descartarse que intente simultáneamente ser también primer candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires. Tanto Scioli como Randazzo han dicho que sus respectivos vicepresidentes serán designados por la Presidenta y han aceptado que sea Máximo Kirchner si esa es su decisión. Pero tanto Kicillof como Recalde han dicho que sería importante en el Congreso y es probable que este sea finalmente su destino como candidato. La Presidenta está tomando todas las decisiones, como lo mostró al rechazar el acuerdo en Chubut con el ex gobernador Das Neves que le hubiera dado un triunfo seguro en el distrito. En Cambiemos (la alianza del PRO con la UCR y la CC), Macri llevará como Vice a un dirigente del propio partido, mientras que Carrió ya eligió a un dirigente social (Toty Flores) y Sanz a un economista (Lucas Llach), al mismo tiempo que se lamenta porque no se llegó a un acuerdo con Massa en la provincia de Buenos Aires. En la mitad de los distritos la UCR va con lista propia para diputados nacionales al no lograrse acuerdo con el PRO.
Las elecciones de gobernador del domingo 14 en Santa Fe y Río Negro han sido derrotas del gobierno nacional y lo mismo puede suceder con las que se realizan el 21 en Mendoza y Tierra del Fuego. En Santa Fe, la Alianza articulada por el Socialismo ganó por amplio margen la elección de legisladores provinciales y por 3 puntos Rosario. Pero el escrutinio provisorio le otorgó el triunfo para gobernador por 0,11 puntos de diferencia sobre el segundo, es decir 2100 votos. El recuento definitivo dirá la última palabra y ello se conocerá la semana próxima. Un triunfo de Del Sel hubiera fortalecido dentro del PRO a quienes sostienen que el partido debe eludir ampliar las alianzas. El porcentaje obtenido por el candidato del FPV (Perotti), ha sido el mejor del oficialismo nacional en este distrito en las últimas tres elecciones locales y representa una mejora de 6 puntos respecto al resultado en las PASO. En Río Negro, la reelección del gobernador Weretilneck -un disidente del oficialismo que hasta hace un mes estaba con Massa- por más de 20 puntos sobre el senador Pichetto, alineado con el gobierno nacional, es una dura derrota para la Casa Rosada. El balance de las cuatro elecciones de gobernador ya realizadas (Neuquén, Salta, Río Negro y Santa Fe) muestra que, de confirmarse el triunfo socialista, en todas ganaría quien gobierna la provincia. Al mismo tiempo, en las 101 elecciones de intendente realizadas en Córdoba el último domingo, en la casi totalidad ganó quien estaba gobernando. A su vez, en los tres distritos donde se han realizado PASO pero todavía no la elección de gobernador (Mendoza, Ciudad de Buenos Aires y Chaco), sólo en la primera ganó la oposición local, el oficialismo local en la segunda y el gobierno nacional se impuso nada más que en la tercera. Por lo general viene ganando quien gobierna la provincia y el oficialismo nacional ha tenido pocos triunfos. En Mendoza volvería a ganar la oposición -que en este distrito va unida en su casi totalidad- y en tierra del Fuego no hay un panorama claro.
Pero el Kirchnerismo sigue avanzando para controlar la justicia, al mismo tiempo que evidencia diferencias con el sindicalismo, la Iglesia, el campo y mantiene una política exterior confrontativa. La Cámara de Diputados dio sanción definitiva a la media docena de proyectos de ley conocidos como «el blindaje judicial», por los efectos favorables que generan al Kirchnerismo en el futuro. Estos implican ampliar las atribuciones de la Procuradora General de la Nación (Gils Carbó), quien está alineada con el Kirchnerismo y continuará en el cargo después del 10 de diciembre: se le otorga la capacidad de designar 1.300 funcionarios judiciales y empleados nuevos; aumentan las atribuciones de los fiscales, que el oficialismo está designando entre sus militantes en los últimos meses, y disminuyen las de los jueces federales; también se crea una nueva Cámara de Apelaciones en Santa Cruz, donde irán en segunda instancia numerosas causas de corrupción. Al mismo tiempo, continúa la ofensiva contra la Suprema Corte con la investigación sobre la salud mental de Fayt, que lleva adelante una subcomisión de la Comisión de Juicio Político de Diputados, y el pedido del bloque de Diputados Nacionales del FPV para sea investigada toda la Corte por «falsedad ideológica». Es en este contexto que la Corte presidió un acto al que concurrieron numerosos jueces, y en el que su Presidente (Lorenzetti) instó a resistir las presiones del Gobierno y reclamó independencia para el Poder Judicial. El paro general realizado el martes 9 por los gremios del transporte y las tres centrales sindicales opositoras volvió a ser contundente, pero el Gobierno no cederá ante los reclamos. La polémica desatada por las cifras que dio la Presidenta sobre la pobreza en Italia y las afirmaciones de Aníbal Fernández de que la pobreza es mayor en Alemania llevaron al Episcopado a ratificar que es más de cinco veces esos números. La defensa de Fayt realizada por el Papa a través del Arzobispo de Buenos Aires (Poli) es otra manifestación de las diferencias con el Gobierno de la Iglesia, pese al reciente encuentro de la Presidenta con Francisco. Mientras el campo impulsa nuevas protestas como las que ya se están realizando en Río Negro y Neuquén, el Foro de Convergencia Empresaria planteó una agenda a resolver para el futuro gobierno. En política exterior, Kicillof criticó a la agregada comercial de los EEUU por decir que el cepo complicaba las inversiones, la Presidente calificó de «mal educado» a David Cameron por criticar al Canciller Timmerman en la Cumbre CELAC-UE y Argentina rechazó la posibilidad de avanzar en el TLC Mercosur-UE.
En conclusión: cerrado el plazo para las alianzas, la negativa de Macri a acordar con Massa aumenta las posibilidades del oficialismo de ganar la elección presidencial; el cierre del plazo para las candidaturas va mostrando que el poder de la Presidenta para determinarlas en el oficialismo es total y que buscará controlar a Scioli; las elecciones provinciales no están resultando demasiado favorables para el gobierno nacional, pero también es cierto que en la mayoría de los casos gana quien está gobernando el distrito; por último, el Kirchnerismo avanza para controlar la justicia pero sin dominar al sindicalismo, mientras se evidencian diferencias con la Iglesia por la pobreza y Fayt y ratifica una política exterior confrontativa.