Por Rosendo Fraga
En la primera semana de campaña tras la definición de las candidaturas, Scioli ha mostrado total subordinación al Kirchnerismo, aunque quizás sin querer evidenció la clave del conflicto futuro. A cuatro meses de la primea vuelta, y un mes y cuarenta días de las PASO, Scioli dijo que «La Cámpora no solo es el presente sino también el futuro del país». El jueves 2 de julio estará en Santa Cruz junto a Zannini para avalar el inicio de la campaña de Máximo Kirchner como primer candidato a diputado nacional de la provincia. Ante empresarios de pymes kirchneristas criticó a las entidades empresarias tradicionales (AEA y UIA) e hizo propio el pedido de los sindicatos para que se institucionalice la participación en las ganancias que ha comenzado a aplicarse en la paritaria bancaria. Recibió el apoyo del gobernador de Entre Ríos (Uribarri), el mandatario provincial que más lo criticó desde el Kirchnerismo, y fue elogiado por las dirigentes más caracterizadas de las organizaciones de Derechos Humanos (Bonafini y Carlotto). La Presidenta participó activamente en la campaña, viajando a La Pampa para apoyar la lista kirchnerista en las PASO del FPV, utilizando por 26ª vez la cadena nacional (desde la que criticó a Macri diciendo «el país no se gobierna con globitos y chamuyo» y al decir «este espacio tiene una visión federal», en alusión a la fórmula presidencial del PRO, que está integrada por dos porteños) y criticó también a uno de los candidatos opositores en la elección porteña (Lousteau) por su rol como su ministro de Economía durante el conflicto con el campo. Pero Scioli también dijo ante empresarios que duplicará «el PBI per cápita en diez años», anticipando la intención de crear un liderazgo sustitutivo al de Cristina. El relevo del Jefe del Ejército (Milani), más allá de sus desencadenantes, tuvo como motivo la intención de Scioli de mantenerlo al frente de la fuerza en su Presidencia, con lo cual habrían cambiado sus prioridades en materia de lealtades. Una clave sobre las limitaciones del Presidente futuro la dio el ministro de Economía (Kicillof), al decir que la prórroga de la emergencia económica (que permite el gasto discrecional) se resolvería después de la elección.
En la oposición, la estrategia del PRO de polarizar contra Scioli encuentra limitaciones. No se duda de que Macri esté segundo en los sondeos, pero su apoyo en el interior es limitado y en la provincia de Buenos Aires su estructura sigue siendo débil. Dice que es «falso que Scioli gane porque el 60% quiere el cambio», pero ello no se ve corroborado en la mayoría de los sondeos, en los cuales la ventaja del candidato del FPV ha aumentado después de oficializar la fórmula con Zannini. Massa y De la Sota han consolidado el tercer lugar en todos los sondeos y resisten la polarización. El PRO busca capitalizar la opinión opositora ante los avances del gobierno contra la independencia de la justicia, pero Massa replica criticando que legisladores del PRO votaron el Código Procesal Penal «garantista» de Zaffaroni y que consejeros de Macri en la Magistratura se ausentaron cuando se votó la remoción del juez Cabral. El conflicto del PRO con el Socialismo en la elección de Santa Fe aleja a los votantes de Stolbizer en la segunda vuelta. Lo más inquietante hacia el futuro de la oposición fue expresado por el Presidente del Radicalismo (Sanz) cuando dijo: «Después del 10 de diciembre no sabemos si seguimos juntos».
Pero el 5 de julio, a un mes antes de las PASO nacionales, se realizan elecciones en cinco distritos que influirán en el clima político. Hasta ahora se han realizado 6 elecciones de gobernador. Si bien el FPV ganó en sólo 2 (Salta y Tierra del Fuego), el candidato que apoyó Macri ganó en sólo una (Mendoza) y estaba integrada por dos radicales (Cornejo-Montero) y apoyado por todo el arco opositor sin exclusiones. En las otras tres provincias (Neuquén, Santa Fe y Río Negro) han ganado fuerzas locales, que pueden terminar más cerca del oficialismo nacional si lo ven ganador en las PASO del 9 de agosto. El próximo domingo tiene lugar la elección de Jefe de Gobierno porteño y los sondeos muestran una ventaja importante del candidato del PRO (Rodríguez Larreta), pero que deberá competir en la segunda vuelta el 19 de julio con el segundo (Lousteau); el mismo día tiene lugar la elección en Córdoba, donde ganaría el candidato del gobernador De la Sota (Schiaretti), alineado con Massa; también se realiza la elección de gobernador en La Rioja, donde ganaría el candidato el FPV (Casas) sobre un candidato radical (Martínez), con vice de Massa y apoyo de Macri; también tienen lugar las PASO en La Pampa, donde se disputan el primer lugar el Peronismo tradicional y el Kirchnerismo; por último, también se realizan las elecciones legislativas en Corrientes, donde se impondría la lista del único gobernador radical del país (Colombí).
Al mismo tiempo el Kirchnerismo, en función de su estrategia de «entregar el gobierno pero no el poder», sigue adelante con su ofensiva para controlar el Poder Judicial. Desde la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados y el bloque oficialista se sigue impulsando la investigación de la salud mental de Fayt y la denuncia de falsedad ideológica contra toda la Corte. También fueron designados 3 nuevos jueces subrogantes alineados con el oficialismo en la Cámara de Casación, que tiene un rol importante en causas sensibles para el Gobierno. Pero lo que generó mayor impacto la semana pasada ha sido la remoción, por parte de la mayoría kirchnerista del Consejo de la Magistratura, del juez Luis María Cabral en la subrogancia que realizaba en dicha Cámara: iba a votar por la inconstitucionalidad del acuerdo con Irán y se lo removió para impedirlo. Asimismo, es un juez que tenía una posición adversa a los intereses de la familia Kirchner en la causa Hotesur. Cabral dijo que su remoción era «ilegal e inconstitucional». Las entidades empresarias más relevantes, todo el arco político opositor, la asociación de magistrados, varias organizaciones no-gubernamentales y las entidades judías más importantes han tomado posición a favor de Cabral y desde las redes sociales ha sido convocada una movilización en su apoyo para el 7 de julio. El conflicto también se va a judicializar -la primera causa la tiene un juez cercano al Gobierno (Rafecas) pero un fiscal lejano al mismo (Pollicita)- y el oficialismo dice que la oposición quiere transformar a Cabral en «un nuevo Nisman». El juez removido ha presentado una cautelar contra su remoción en el fuero contencioso-administrativo, que ha le ha tocado a una jueza independiente del gobierno (Sarmiento).
En conclusión: a cuatro meses de la primera vuelta y a cuarenta días de las PASO, Scioli ha iniciado su campaña con una subordinación total al Kirchnerismo y el apoyo manifiesto de su ala izquierda, pero dando pistas de su futuro conflicto con Cristina; la oposición actúa dividida y el segundo lugar de Macri es indiscutible, pero la polarización del voto opositor también muestra sus límites; los resultados provinciales lo van confirmando y el 5 de julio se realizarán elecciones en cinco distritos (Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Corrientes y La Pampa) que influirán en el clima político; por último, el oficialismo sigue con su estrategia para mantener el poder sobre la justicia después del 10 de diciembre con la ofensiva sobre la Corte, la designación de subrogantes y la remoción del juez Cabral.