Una de las ciudades más desbastadas por la reciente inundación fue Mercedes, situada en la Provincia de Buenos Aires, a 100km. de la Capital Federal. En realidad fue la primera ciudad en inundarse, en estar en emergencia hídrica, y mereced a la alta capacidad de gestión de su Intendente Carlos Selva, sumada la solidaridad ciudadana, pueden enfrentar una catástrofe sin precedentes.
Por Fabiana Palazzo | (*)
Aunque el agua bajó totalmente, las marcas en paredes y puertas, tanto como en el sentimiento de los damnificados, son indelebles.
El lunes llegué a Mercedes en busca del después de las inundaciones. En el País se recordó al General Don José de San Martín, allá también; transitando por la Avenida principal con el objetivo de fotografiar y recabar testimonio de los vecinos, veo la puerta de la Municipalidad abierta y allí, parado en la vereda vestido de riguroso traje azul, pero con un notable descenso de peso, aspecto desmejorado y el cansancio reflejado en su rostro, estaba el Intendente Carlos Selva. No podía dejar pasar la oportunidad de intercambiar unas palabras con él; quienes hemos recorrido gran parte de la República Argentina, sabemos que no es habitual encontrar caminando o hablando con sus vecinos a funcionarios de Gobierno, Mercedes, tiene esas excepciones.
Fue breve porque no solo debía cumplimentar con el acto alusivo al General San Martín, sino que atendía llamado tras llamado a su teléfono personal: llegaban donaciones de entidades intermedias, Clubes, de vecinos solidarios de otras localidades y hacía falta “mano de obra masculina” para descargar tanta bondad; podía haberlo delegado al personal municipal o a integrantes de su gabinete pero no, Selva personalmente coordinaba la tarea que urgía una vez más a su Ciudad. Saludo y me retiro.
Arribo a las calles 29 y 70, en la primera manzana lindera al río, allí estaba Valvina, docente, madre de tres hijos, quien como tantísimos mercedinos, lo ha perdido todo. En el interior de su vivienda hubo 1,65 mts. de agua barrosa; barro que quitaba de las paredes con lavandina y cepillo, pero el resto era desbastador, techos caídos, muebles inutilizables, ropa tendida con la esperanza de que el sol asome y la seque. Con esas imágenes no solo en la cámara sino también en mi interior, me dirijo al centro de recepción de donaciones, porque la insistencia al teléfono del Intendente Carlos Selva, me intrigaba.
En el edificio donde hace años funcionaba el “Instituto Martín Rodríguez”, un grupo de adultos, jóvenes y niños ordenaban las donaciones recibidas; en el sector opuesto a las mesas de trabajo, prolijamente seleccionadas y acomodadas las bolsas listas para entregar a los damnificados; allí encuentro al Concejal Arnaldo Méndez quien, como sus pares del “Bloque Frente Renovador”, trabajaba a la par de los vecinos voluntarios.
Debía continuar con la razón que me llevó a Mercedes, pero confieso que resulta difícil controlar el impulso de poner “manos a la obra”; estaba por retomar una recorrida que ansío no volver a ver en nuestro querido País.
Con la amabilidad que caracteriza a la gente del interior, Arnaldo Méndez fue mi guía hacia las zonas afectadas. En el trayecto veo a Marcelo Denápole, Presidente del Concejo Deliberante y candidato a Intendente; me detuve, otra ocasión de hablar, en este caso, con un integrante del Departamento Deliberativo local que no podía desperdiciar, alguien que aspira a suceder a Carlos Selva. Dos hombres con quienes él hablaba, depositan en sus manos las llaves de un vehículo, agradecen y se retiran; grande fue mi sorpresa al saber que esas llaves correspondían a la camioneta de Denápole, “están regresando a sus casas y necesitaban un vehículo, entonces les presté mi camioneta”, dijo con absoluta naturalidad. En una conversación distendida desarrollada en la vereda de lo que luego supe, era su domicilio particular, Denápole expresó que “ esta inundación ha sido terrible, se inundaron zonas altas, la RN 5 hace de parante y el agua ingresa por la calle 11, se necesita un canal paralelo al Arroyo Las Pulgas”, la cuenca sur es en dimensiones dos veces el tamaño de la Ciudad; continuó diciendo Denápole “la obra de saneamiento del Río Luján fue pedida en el año 1994 por el entonces Intendente, Julio César Gioscio y 6 veces por Carlos Selva”; obra no realizada que en el transcurso de la última semana reconociera el Ministro Aníbal Fernández.
Reanudamos el recorrido que nos llevaría al Barrio Marchetti; sobre la calle 32 e/ 55 y 57 se encontraba estacionado un Hospital Móvil, correspondiente a “Fundación Hospital Móvil Bonaerense”, cuya Directora es la médica Mónica Passini, quien atiende junto al Dr. Martín Jacobi, su esposo; el personal de enfermería y auxiliar pertenecen al Hospital “Dr. Blas Dubarry” de Mercedes, el Municipio es el encargado y responsable de abastecer la medicación necesaria; fui testigo presencial de la reposición de dichos insumos. Amena recepción por parte de quienes trabajan en el Hospital Móvil, permitiéndome el ingreso y toma de muestras fotográficas, al tiempo que manteníamos una brevísima conversación dado que los vecinos concurren permanentemente al Centro de Atención.
Dos cuadras adelante me esperaba lo que inconscientemente venía “demorando”, toparme con la desolación en su máxima expresión; la capa de fango en las calles hace “pesado” caminar hacia el corazón del dolor; casas vacías porque la ropa y lo que fueron sus muebles, junto a televisores, heladeras, cocinas, electrodomésticos, están apilados en las veredas a espera de ser recogidos por los camiones recolectores de basura; algunos vecinos con la mirada perdida y ojos llorosos sentados en el patio me invitan a ver lo que ya no tienen, ante mi “permiso” responden “pase señora, cuidado con las chapas que están en el piso, puede cortarse”, chapas que antes de la inundación fueron parte del techo.
El Río Luján en Mercedes, recibe el afluente de los arroyos Durazno, Los Leones, Moyano, Las Pulgas, Balta, Chimango y Frías.; sin la limpieza de dichos arroyos y el saneamiento del Río, esto inevitablemente sucederá reiteradamente; 11 barrios inundados, 3500 afectados, 573 evacuados en el “Instituto Saturnino Unzué”, 70 evacuados en el CEF N° 40, es el tipo de noticias que no deseo volver a informar.
Mercedes, mi ciudad natal, tiene una herida con el particular olor al barro que deja una inundación, y grandes pinceladas de desidia Provincial y Nacional.
(*) Es nuestra Editora Ejecutiva, y durante las inundaciones ofició de corresponsal en la ciudad de Mercedes y zonas aledañas.