Este gobierno que tiene la rara habilidad de construir relatos heroicos, y que generalmente nada tienen que ver con la realidad, publicitan frases electorales definiendo los últimos años de gestión, “la década ganada”, “ni un paso atrás” o “no fue milagro”.
Por Eduardo Buzzi |
Si nos referimos al sector agropecuario, y realizamos un rápido pantallazo, vemos que nuestros insumos aumentan en dólares, la inflación no frena ni se estabiliza, hay un real atraso cambiario, la asfixia impositiva es alta y exagerada, los mercados están condicionados por los permisos de exportación y la caída de los precios internacionales complica todo más todavía. Si sumamos a esto que, no tenemos financiación adecuada, los bancos públicos son vedados para quienes producimos y la falta de infraestructura en caminos y obras, estallan cuando se producen inundaciones y liquida lo poco que tenemos, claramente marcan que estamos en la lona; con la soga al cuello y la pata de la silla a punto de ceder.
¿Cómo llegamos a esto?…Menos trigo; menos maíz; menos carne, menos leche, frutas tiradas; tambos que desaparecen; frigoríficos que cierran; menos fletes, menos ventas y trabajo en la agroindustria. Chacareros fundidos; no hablamos de la oligarquía terrateniente, ni de pooles de siembra, nos referimos a productores tamberos, pequeños ganaderos, citricultores, de la pampa húmeda y de economías regionales, en definitivo el interior productivo en su conjunto, y el entramado social y económico que lo rodea.
Existe una responsabilidad indudable de quien conduce, en un país netamente presidencialista, los logros son de ella y los desaciertos y fracasos también.
La Presidente de la Nación y su actitud vengativa, de profunda ignorancia y de respeto a uno de los sectores económicos más importante del país, casi logra su objetivo. La falta de dialogo, el desconocimiento a la representación de las entidades, la confrontación en busca de marcar un enemigo que le sirva a un relato épico, fueron las armas para cometer este desatino.
En diciembre termina “la dekada perdida para el campo”, el que venga deberá corregir si o si algunos conceptos que sostienen esta anti-política agropecuaria y se dará “un paso adelante” si olvidamos la confrontación, el “verdadero milagro” consiste en encauzar nuevamente el dialogo con todos los actores, establecer políticas que protejan y prioricen a los verdaderos sujetos en la producción y sobre todo si el interior vuelve a ser el motor de una Argentina pujante.